diumenge, 27 de novembre del 2011

Acciones para después de la resaca electoral

Parece que hay una notable inquietud en muchas personas del entorno del 15 M a propósito de los resultados de las elecciones, de las atropelladas y alarmantes medidas anunciadas por Mas y de la calma amenazante con que Rajoy se toma las cosas ¿Qué vamos a hacer ahora? ¿No se va a producir una desbandada general ante tan altos muros? …
En la entrada anterior ya dí mi opinión sobre los resultados de las elecciones y la virtualidad que a mi entender tenían para grupos de izquierda minoritarios y socialdemócratas derrotados si sabían leer bien el sentido del voto. Esperemos que sea así y que tengamos una oposición firme y bien dispuesta para regenerar el parlamento cuando la propia crisis que los ha aupado, devore al Partido Popular. Ha circulado ampliamente una simulación del resultado de las elecciones si se hubiera votado mediante el sistema de circunscripción única, es decir, si cada voto hubiese contado lo mismo, independientemente de donde hubiese sido emitido. Ese camino, si conseguimos que algún día se llegue a aplicar, aunque sea después de las próximas elecciones, que, como mucho, van a tardar cuatro años, cambiará completamente la composición del parlamento, reducirá el bipartidismo y reflejará mucho más fielmente la voluntad de las ciudadanas y los ciudadanos.
Pero dejemos las elecciones ya que lo que ahora preocupa es la continuidad de nuestro movimiento y como debemos actuar.
En mi opinión, la continuidad del movimiento no está amenazada. Más allá de algunas deserciones puntuales, los foros de internet, por lo menos aquellos en los que yo participo, han aumentado ligeramente el número de personas adscritas. La victoria del PP se daba por descontada y el hundimiento del PSOE creo que todas y todos deseamos que sea para bien, que de sus cenizas renazca un partido de izquierdas de verdad, aunque sea moderado, aunque no sea el nuestro, pero que no se humille ante el capital.
Entiendo la rabia y la necesidad de mostrar nuestro malestar contundentemente y de inmediato. Se puede hacer, podemos manifestarnos, pero no olvidemos que el PP cuenta con ello y ha dicho publicamente que está preparado para una año de huelgas y manifestaciones.
En cualquier caso, no debemos olvidar que vamos muy lejos, a cambiar el mundo nada menos, que nuestra mayor virtud debe ser la paciencia y nuestra mayor fuerza la constancia. Nuestra marcha debe ser pausada, para permitir que cada vez se incorpore a ella más gente, pero imparable hasta conseguir nuestros objetivos.
Tenemos muchos frentes abiertos, pero ante cada acción debemos calcular si tenemos la fuerza suficiente para llevarla a cabo con éxito. En la situación actual, por ejemplo, de nada serviría convocar manifestaciones multitudinarias o largas acampadas, simplemente porque entre la población hay desánimo, y quien sabe si incluso una cierta resignación. Pero también porque llega el invierno y los días son fríos y cortos y retraen la participación ciudadana. Hay que ser realistas y no forzar las cosas, lo cual no quiere decir que nos quedemos con los brazos cruzados. De hecho, se sigue luchando a diario, por ejemplo, contra los deshaucios.
Los foros virtuales, asambleas y otros lugares donde nos encontramos pueden ser muy endogámicos por decirlo así, hablamos entre personas previamente convencidas, pero son impagables para mantener la sensación de comunidad, para mantenernos alerta ante todo lo que sucede para bien y para mal y para contribuir a mantener despiertas las conciencias que se abrieron con el movimiento del 15 M (y quien sabe si para incorporar otras). Sin esas conciencias que despertaron y se reafirmaron nada hubiera sido posible y el futuro sería mucho más oscuro. Vamos a mantener por tanto esa llama encendida, que en sí misma es ya un gran logro, día a día y todo el tiempo que haga falta.
También debemos formarnos y formar, formarnos para tener las respuestas alternativas que cualquiera nos puede pedir y formar, hacer pedagogía política a nuestro alrededor, para que este moviento, que es telúrico, vaya creciendo y creciendo.
Y debemos ganar visibilidad, por todos los medios posibles, hay que hacer oir nuestras voces más allá de internet, más allá del parlamento, y para ello seguramente habrá que emprender acciones que obliguen a los medios a prestarles atención. Pensad en la imaginación que han mostrado en este sentido organizaciones como Green Peace, deberíamos aprender de ellas y llevar a cabo acciones semejantes ¿Quién se anima a soltar millares de globos o de botellas en el mar con mensajes conteniendo nuestras reivindicaciones básicas? Improviso.  Corre una propuesta en la red para poner carteles con lemas en nuestras ventanas. Es una idea, pero me temo que no tenemos tantas ventanas como para que no queden excesivamente dispersos. Seguro que podemos imaginar acciones más eficaces. El problema, en todo caso, es ¿quién tene la capacidad de convocatoria suficiente para hacerlas realidad?
Hay algunas iniciativas en marcha muy interesantes. Avaaz está recaudando pequeñas sumas de dinero, de quien pueda, para encargar encuestas independientes, científicamente solventes, en diversos países, para conocer la opinión real de la gente (la que no habla, no se manifiesta…) frente a los rescates millonarios, la deuda pública, los recortes del estado del bienestar…  Otra ha surgido de un colectivo integrante del 15 M  en el espacio Agora, reunido en Marinaleda y consiste en una serie de cuestiones centrales sobre las que se podrá pronunciar la población en unos lugares determinados entre el 15 de marzo y el 15 de mayo de 2012. Finalmente, en actuable se recogen firmas para promover una iniciativa parlamentaria para cambiar la ley electoral.
Yo creo que es bastante para afirmar que el movimiento no sólo no se va a debilitar después de la sacudida de las elecciones sino que ya está en condiciones de crecer y fortalecerse y poner en marcha, con intelegencia y sentido de la oportunidad, todas las acciones que somos capaces, sin duda, de imaginar para cada caso, además de los instrumentos característicos de la no violencia activa: la manifestación, la huelga, el boicot, la insumisión… Temo que los plutócratas y los nuevos gobernantes nos van a dar sobradas ocasiones para ejercitarlos. Pero no debemos limitarnos a actuar a la defensiva, tenemos una misión mucho más noble. Debemos tomar la iniciativa y trabajar para compartirla y  así conseguir un mundo en el que la sintonía, la hermandad que impera entre nosotras y nosotros lo impregne todo.

dimarts, 22 de novembre del 2011

Análisis proactivo de los resultados del 20 N

La famosa jornada de reflexión la tendrían que poner el día después de las elecciones para analizar los resultados y definir nuestras actitudes personales y colectivas para los próximos cuatro años.
Yo lo estuve haciendo ayer y mi conclusión es que la composición resultante del congreso de los diputados refleja el más positivo de todos los resultados posibles. Remarco inmediatamente lo de posibles. Obviamente una ley electoral injusta agranda la mayoría del PP y empequeñece los resultados de grupos como IU, pero, de momento, es la ley que hay. Por otra parte, el contexto económico y la forma en que se ha gestionada hacía inevitable un severo correctivo electoral al PSOE. Pensar que ese correctivo se iba a traducir en mayoría de la izquierda real y plural era simplemente ilusorio. La victoria del PP estaba asegurada, es el modelo de alternancia ante la crisis que se ha dado en todos los países de la zona euro y esa especie de arraigada creencia popular de que los ricos saben gestionar mejor la economía. La única duda en ese sentido es si alcanzarían o no la mayoría absoluta.
Y la han alcanzado, pero no tanto por méritos propios (han tenido 441.702 votos más que en las últimas elecciones, que no es mucho), sino por la debacle del PSOE y la abstención.  Ahora van a aplicar con mano dura la política de recortes y privatizaciones que les dicten los mercados, pero, puestos en esa tesitura, mejor que la aplique la derecha que un partido supuestamente de izquierdas travestido de neoliberalismo. Las medidas nos las van a imponer sí o sí y mejor también que lo tenga que hacer el PP con mayoría absoluta, sin poder ocultarse detrás de nadie, a ver si a alguien de tanta gente ciega como parece haber en este país se le abren los ojos.
El PSOE ha sido arrojado a su pozo más profundo por haber asumido como propias unas políticas que debía haber rechazado frontalmente y por sus otros muchos errores. Pero no se ha dado un trasvase de votos del PSOE al PP, o ha sido mínimo. Los votos que ha perdido el PSOE se han distribuido, a pesar de la ley electoral, entre formaciones minoritarias principalmente de izquierdas y nacionalistas. No olvidemos que la fuerza que porcentualmente más ha crecido no es el PP sino IU.
Así las cosas, el PSOE debe decidir si quiere refundarse como un partido de izquierdas. Aunque sea moderado, socialdemócrata, o quiere seguir jugando a aprendiz de brujo, haciendo pactos de estado con el PP, con lo cual se arriesga a asociarse a una mala empresa y a descubrir que su suelo electoral puede seguir bajando.
IU, el partido que votamos mayoritariamente desde posiciones alternativas, ha sacado un resultado excelente, dentro de los escenarios posibles, insisto. Ahora debemos esperar, y exigir, que se convierta en nuestra voz en el congreso, es decir que cumpla a rajatabla su programa, de manera que todo el mundo pueda escuchar que la realidad que pintará el gobierno es tan sólo una visión de la realidad, y por cierto muy interesada. Y que las medidas que propondrá el gobierno para salir de la crisis no son ni mucho menos las únicas medidas posibles. Y esa voz, esas alternativas, desde el congreso deben llegar a la ciudadanía a través de los medios. Uno de los objetivos prioritarios que debe fijarse IU es no quedarse tan sólo en el congreso sino actuar con habilidad para que su voz y sus propuestas se oigan alto y claro en todo el país.
De alguna forma se acabó también, por el momento, con el bipartidismo. Alguien ha dicho que para caer en el monopartidismo, pero no es así, tenemos el parlamento más complejo desde los principios de la democracia y el PP va a tener que sufrir un desgaste lo suficientemente duro como para poder asegurar que en las próximas elecciones perderá apoyo popular, no se cuánto ni si será suficiente, pero las medidas impopulares se pagan caro. Ellos lo saben y no podrán evitarlas.
Ese nuevo parlamento más plural conlleva buenas noticias, como el crecimiento exponencial de IU y la aparición o consolidación de grupos nacionalistas de izquierda como Amaiur, ERC. BNG, Compromís… que esperemos que atiendan a su sustantividad izquierdista antes que a su adjetivación nacionalista, que por otra parte no pido en absoluto que olviden. También, a causa de la ley electoral, se ha premiado exageradamente a las derechas nacionalistas, especialmente en Cataluña, donde, CiU, con un 4,18% del total de los votos obtiene 16 escaños, mientras IU, con un 6,93%, obtiene sólo 11.
¿Qué harán los partidos de la derecha nacionalista como CiU y el PNV? El PP no les necesita y si los partidos nacionalistas de izquierda no pierden el norte no van a poder formar un lobby nacionalista de suficiente entidad, ya que, excepto en la reivindicación nacionalista, coinciden con el PP. En Cataluña ya lo estamos comprobando hace tiempo.  Y la ambigua y extraviada UPD ¿Qué hará? Coincide con el PP en el antinacionalismo, pero en nada más. ¿A qué ascua se arrimará?
Creo que la palabra que mejor define la composición resultante del congreso es catártica. Muchos partidos, si no todos, van a tener que enfrentarse a una especie de ser o no ser. Van a tener que repensarse y ajustar muy bien sus estrategias sino quieren hundirse en la miseria.
Nosotras y nosotros, por supuesto, no nos quedaremos en una actitud contemplativa. Desde ayer la acción continua y habrá que disponerse a ser fuertes y a actuar con unidad y con imaginación. De esto hablamos en una próxima entrada. De momento dejo aquí este mensaje para las fuerzas parlamentarias: “hagan juego sus señorías”.

dijous, 17 de novembre del 2011

A tres días de las elecciones

A tres días de las elecciones aún hay mucho que podemos hacer. ¡Reaccionemos!
No caigamos en la trampa de pensar que “eso no va con nosotros”, porque va y mucho, aunque no creamos en el sistema, estemos hasta la cabeza o seamos ácratas hasta la médula: si queremos canviar el sistema, conseguir una democracia real, necesitamos todos los apoyos posibles, incluso dentro del parlamento, para optimizar nuestros recursos y para ir lo más lejos posible. Abstenerse o votar en blanco es lisa y llanamente apoyar al PP y dar mayor legitimidad a su programa de recortes y privatizaciones. Vota IU, o, si lo prefieres, otro partido minoritario con posibilidades de acceder al parlamento. Necesitamos voces afines, no nos podemos permitir el lujo de prescindir de ellas.
Vota para el senado la candidatura de Escaños en blanco, es la forma más directa de decirles que no lo queremos para nada, que es un derroche y una satrapía. Aquí ni partidos minoritarios ni absteciones ni nada que pueda entenderse como legitimación por activa o por pasiva.
Y habla con la gente de tu entorno, con los vecinos, con la família, con tanto descontento como hay pero que piensa que la mejor manera de castigar a los políticos es abstenerse. ¡Craso error! La gente no es tonta, para nada, pero hay que explicarle las cosas que ciertamente no explican los medios. Cada voto que pasemos de la abstención a la oposición al sistema es un paso hacia nuestra meta, que es colectiva.
A partir del día 21 tendremos que enfrentarnos a una realidad mucho más dura de la que hemos vivido hasta ahora. Preparemonos y hagamos acopio de todas las fuerzas posibles. Yo no me resigno a convertirme en una especie de  manifestante permanente y medio zombi. Yo quiero cambiar las cosas ¡Yo quiero ganar!

dimarts, 15 de novembre del 2011

¿Y el senado qué?

De eso no hablamos, pero en las elecciones del día 20 vamos a votar también por el senado. En este sentido creo que nuestra posición es muy clara y consensuada: no queremos senado para nada. ¿Para qué sirve el senado? ¿Cuánto nos cuesta el senado? … Si luchamos por una democracia real, directa, participativa, sólo nos falta una segunda cámara que ejerce de estorbo y adorno de lujo.
En este caso pienso que realmente no vale la pena votar por ningún opción mayoritaria ni minoritaria, tampoco abstenerse, ni votar en blanco, ni siquiera nulo, con todo lo cual lo perpetuamos. Piense que, en el senado sí, la mejor opción puede ser votar la candidatura de Escaños en Blanco para que se haga evidente, allí, donde nada importante se va a decidir, nuestro rechazo a un sistema que, además de secuestrar la voluntad del pueblo, mantiene con nuestros desmantelados recursos un verdadero cementerio de elefantes.

diumenge, 13 de novembre del 2011

Tu voto es tan imprescindible como tu presencia en la calle

Las encuestas sobre el 20 N que publican los periódicos de hoy son como para salir corriendo. Todos dan una amplia mayoría absoluta al PP, suficiente para gobernar sin atender otras razones que las que les impongan los mercados. Debemos prepararnos para cuatro años (por lo menos) de gobierno de los ricos y los poderosos, un gobierno mucho más opresivo que hasta ahora. Viviremos privatizaciones en todos los ámbitos y, por consiguiente, recortes drásticos. La idea de que una buena sanidad,  una buena educación o una jubilación digna sean lujos para quien se los pueda pagar está a la vuelta de la esquina. Como está a la vuelta de la esquina la regresión de las conquistas sociales que se han conseguido en estas últimas legislaturas: el reconocimiento a todos los efectos de los matrimonios homosexuales, la libertad de elección de la mujer en la interrupción del embarazo… no digamos ya la separación entre Iglesia y Estado porque si esto no lo habíamos conseguido ni siquiera durante ocho años de gobiernos socialdemócratas, imaginaros ahora.
Por supuesto seguiremos movilizadas y movilizados contra todo esto, luchando en las calles y donde se tercie, pero ya habéis visto que consideración le merecemos al PP, para ellos no somos más que un hecho anecdótico, una molestia (poque no llega a daño) colateral. Y si algún día conseguimos aglutinar fuerza suficiente como para preocuparles, pasaremos directamente de hecho anecdótico a la más flagrante ilegalidad.
En mi entrada anterior pedí un voto masivo de todas y todos nosotros a Izquierda Unida para optimizar nuestra fuerza dentro del parlamento (ved los argumentos en El voto como manifestación colectiva). Las encuestas son demoledoras, sí, pero todavía no se ha votado y, ante la que se nos viene encima, yo quiero pedir a todas las compañeras y los compañeros que no piensan ir a votar el o piensan votar nulo, sea por ideología o por decepción reiterada,  que se lo replanteen y voten a los partidos minoritarios de izquierda, Izquierda unida u otro que tenga oportunidad de salir. El sistema no espera tu voto, pero no estamos en condiciones de  perder una voz y un apoyo en el parlamento poque tú le des la espalda, ellos no lo harán.
Si queremos conseguir algo y no queremos convertirnos en un ornamento del sistema, un ornamento que incluso le otorga una cierta pátina de tolerancia y modernidad, debemos actuar de forma unitaria y utilizar todas las armas a nuestro alcance. Las urnas también, no para avalar el sistema, sino para cambiarlo desde dentro.  Tu voto es tan imprescindible como tu presencia en la calle. Queremos un mundo mejor, y creemos que este mundo es posible, pero ¿para cuándo? ¿Cómo lo vamos a conseguir si no ganamos terreno en todos, todos, los frentes? Compañeras y compañeros, tenemos los mismos fines, unamos nuestros medios.
Aún más, sabemos que muchos votos del PP van a ser votos basados en el descontento, un descontento no tan distinto del que puede estar en el fondo de nuestra movilización, pero que, con la desinformación imperante, ese desconento se va a manifestar, como única salida, en un cambio de gobierno. Aquí hay un problema muy grave y consubstancial con nuestra sociedad ¿Cómo va a ejercer su libertad quien la única información que recibe es la de los medios de comunicación de masas, básicamente la televisión? Una persona desinformada no es una persona libre.
Deberíamos trabajar a fondo con las personas cercanas, en nuestros distintos ámbitos de influencia, para explicarles que existen otras opciones y otras explicaciones de lo que está sucediendo. Es casi una misión que todas y todos nos deberíamos fijar, la de dotar a todo el mundo de intrumentos para poder ponderar la realidad equilibradamente, para que después cada quien haga lo que le parezca, pero con conocimiento de causa.
Y deberíamos buscar las formas (en plural), los resquicios, por pequeños que sean, para introducirnos en los medios de comunicación, cuanto más masivos mejor, para contrarrestar la desinformación, el sesgo, al que la población se ve sometida diariamente. Sino, corremos el riesgo de quedarnos en una élite, una vanguardia, y una vanguardia sola no cambia el mundo. 
Esta es una una estrategia sobre la que deberíamos hablar, y desarrollar, utilizando todas las tácticas posibles.  Pero ahora tenemos en frente una responsabilidad perenptoria: hacer presentes nuestras voces, alto y claro, en el parlamento, a través de formaciones que, aunque imperfectamente, nos puedan representar (allí, solo allí). Lo contrario, compañeras y compañeros, sería una irresponsabilidad que, más pronto que tarde, tendríamos que lamentar.

diumenge, 6 de novembre del 2011

El voto como manifestación colectiva

La verdad es que, después de leer las encuestas del CIS, no apetece seguir hablando de elecciones, pero creo que, precisamente por eso, lo debemos hacer. Parece que los gestores, representantes y titulares de los mercados van a arrollar y eso requiere por nuestra parte una gran movilización colectiva.

En estos últimos días han circulado en medios alternativos muchas reflexiones en torno al voto, reflexiones colectivas y reflexiones individuales. El común denominador de esas reflexiones es no votar a los partidos mayoritarios corresponsables de la situación en que nos encontramos: PSOE y PP y tampoco a los que les han prestado su apoyo en las medidas más regresivas: CiU, PNV y CC. Todas las recomendaciones sensatas que he leído o escuchado, apuntan a la necesidad de votar (para no favorecer indirectamente a un partido mayoritario) y de hacerlo a un partido minoritario o bien  recurrir al voto nulo.
Mi idea inicial era votar al PSOE con la esperanza de que llevaran la lección bien aprendida y constituyeran, por lo menos, un frente consistente contra la derecha ultraliberal del PP. Finalmente no lo voy a a hacer por dos motivos. 
El primero  es fruto de una interesante reflexión  de Ernesto Ilkermn “Instrucciones para votar el 20 N”, que recomiendo encarecidamente  y que, en lo relativo a este aspecto,  reproduzco aquí: A nadie se le escapa que con mis recomendaciones para votar, lo que intento es que el PP consiga el menor número de escaños posible. Sin embargo a alguien le podría extrañar que para ello no promueva el voto al PSOE, que por mucho que pierda seguirá siendo la otra pata del bipartidismo. Pues es muy sencillo. Para evitar la catástrofe nacional, a la que nos llevará el PP si consigue la mayoría absoluta, no se puede contar con un PSOE  fuerte, que lleva tiempo diciendo si wana a lo que los mercados, la Unión Europea o el FMI exigen, y que, dicho sea de paso, nos ha conducido a la situación en la que estamos. En política económica el PP lo único que hará es profundizar en los recortes efectuados por el PSOE. Sin embargo, si el PSOE se lleva el varapalo electoral de su vida, y a cambio las pequeñas fuerzas aumentan su presencia en el Congreso, hará que ese voto cómplice del PSOE deje de serlo, ante lo que le podría suceder: desaparecer. Seguramente, entonces, empezará a ejercer de oposición.”  (Véase el texto completo en http://politicadeernesto.blogspot.com/).
El segundo motivo de mi cambio es que pienso que, aunque el voto es estrictamente individual y cada cual hará lo que quiera con el suyo, estaría muy bien que, en aras de una mayor eficacia, todos y todas los que de alguna forma hemos estado participando y participamos de esta movilización general de ciudadanas y ciudadanos, hiciéramos sentir nuestra fuerza conjunta votando en un mismo sentido.
Ernesto Ilkermn propone una compleja estrategia por comunidades autónomas. Voy a ir más allá: propongo que la mayoría más amplia posible de personas que nos oponemos a la dictadura de los mercados y queremos recuperar la hegemonía de la democracia y de la justicia social, votemos a Izquierda Unida. Que no dispersemos el voto en multitud de opciones minoritarias porque ni van a salir ni nadie las va a sumar conjuntamente. Si queremos conseguir un verdadero efecto en número de escaños y de votos debemos centrarnos en una única opción alternativa (no comprometida con las políticas regresivas aplicadas durante esta legislatura y con un programa que recoge lo esencial de nuestras reivindicaciones). Empecemos la regeneración democrática por ahí.
No veo la utilidad del voto nulo, aunque entiendo y comparto el cabreo, las pancartas son para las manifestaciones, no para las urnas (donde nadie va a hacer ni caso). El rechazo a la política llevada hasta el momento por los partidos mayoritarios se va a entender mucho más claramente sumando votos a la izquierda (aunque no todos se traduzcan en escaños) que no acumulando votos nulos, que cada cual va a interpretar según sus intereses. Dicho lo cual, es cierto que es preferible un voto nulo a la abstención o al voto en blanco, que perjudica a los partidos minoritarios.
Frente a esta propuesta hay que hacer una excepción en territorios como Cataluña, el País Vasco, Galicia o la Comunidad Valenciana, donde se presentan partidos nacionalistas de izquierda, que van a defender las mismas políticas sociales y progresistas y que tienen arraigo y posibilidades de obtener escaños. No entiendo en cambio que se proponga como partido minoritario alternativo al PNyD de Rosa Díez, que es un partido de la derecha liberal, que no dudará en pactar con el PP. Para quien no lo tenga claro, que lea en El País de hoy, la columna de Vargas Llosa "Una rosa para Rosa", donde, entre otras cosas, dice: "En estas elecciones votaré a UPyD porque sería el aliado ideal para el PP, aporta aire fresco, combate el nacionalismo y evitaría aguar las reformas sociales de Zapatero".
En resumen: hemos demostrado saber manejarnos muy bien en las calles, en las asambleas, en las redes... ahora es el turno de las urnas y la lógica es otra. Las primeras elecciones generales desde el 15 M. Con los mismos ideales con que escribo, hablo o me manifiesto, pido ahora el voto colectivo de todas y todos las y los que nos hemos reconocido en una misma lucha, para Izquierda Unida, para asaltar democráticamente el parlamento por la izquierda y arrastrar desde allí, como dice Ilkermn, al PSOE hacia una verdadera oposición socialista. Y propongo que expandamos la idea a nuestro entorno y que, como dice un lema que nos es familiar, seamos legión.
Ojalá a alguien se le ocurriera la forma de ir a votar en masa, o de identificarnos de alguna manera a la hora de emitir el voto, para que todo el mundo, también interventores y periodistas, tuviera claro que "los indignados están aquí".

dimarts, 1 de novembre del 2011

"O povo é quem mais ordena"

Vivimos en una sociedad democrática. Los poderes del estado se fundamentan y legitiman en nosotras y nosotros, el pueblo. No existe un poder estatal per se, no existe el estado al margen de la sociedad. El poder del estado no proviene de ninguna fuente sobrenatural o histórica sino de la delegación temporal que hacemos cada uno y cada una de nosotros y nosotras de parte de nuestro propio poder, de nuestra voluntad y libre albedrío en determinadas personas que libremente y en concurrencia se ofrecen para representarnos, para usar los poderes que hemos depositado en sus manos para velar por nuestra seguridad, nuestro bienestar y nuestros intereses colectivos.
No hay más poder en el mundo que el que emana de cada ser humano, de su capacidad de decisión y acción. Ese poder puede ser arrebatado, y así ha sucedido a lo largo de la historia, por la fuerza de las armas o por el temor de los dioses, pero eso es lo que han intentado corregir las democracias parlamentarias, a costa de mucha sangre.
Nuestras democracias son imperfectas. Cada cuatro años, o cuando corresponda, votamos a nuestros y nuestras representantes, en base, como mucho, a unos programas que leemos o nos explican y sobre la ejecución de los cuales no tenemos ninguna capacidad de control. Más allá del acto trascendental de delegar nuestra soberanía mediante el voto, nuestra autoridad desaparece hasta la siguiente legislatura. Es más, la delegación de nuestra soberanía no se ejerce en personas determinades  sino en partidos-bloque, con lo cual, nuestra capacidad de pedir cuentas disminuye aún más. En la práctica, la democracia deriva en una partitocracia, en la cual, la voz del pueblo frente a desviaciones programáticas, por ejemplo, o coyunturas imprevistas y de especial gravedad, como la presente, no cuenta para nada. Ni siquiera la del diputado o diputada individual, sujeta a esa aberración democrática que denominan disciplina de voto.
Hay más, aunque no existe otro poder legítimo que el poder que emana del pueblo, existen los poderes fácticos, de hecho,  aunque no de derecho, que en las democracias occidentales se basan siempre en última instancia en el poder del dinero. Todo se compra y se vende en este mundo. Los medios de comunicación, que configuran la versión canónica de la realidad que se nos presenta cada día, las personas, por supuesto, que debemos cubrir nuestras necesidades y las de quienes dependen de nosotras, necesidades con frecuencia inventadas o acrecentadas por los mismos poderes fácticos. Y también el estado. Los partidos que aspiran a ser hegemónicos, y por tanto a aplicar su política, dependen para su financiación de esos mismos poderes fácticos, o, por lo menos, deben respetar determinadas líneas rojas que les vienen fijadas implícitamente, porque lo que sí es meridianamente claro es que nunca conseguirán ganar unas elecciones en contra de los poderes fácticos (que, entre otras cosas, dominan los medios de comunicación y por ende la realidad). Se puede optar por ser un partido testimonial, ciertamente, pero, en un parlamento ¿de qué sirve un partido testimonial? De la misma forma, dentro de los partidos se impone una jerarquí a y una ortodoxia. Quien pretenda salirse de ella pierde su puesto y no hay que olvidar que estos puestos, para muchas personas, se han convertido en un oficio, una colocación, una cómoda poltrona para toda la vida, aun suponiendo que la utilicen legalmente, sin aprovecharla para hacer trapicheos ilegales por las rendijas del sistema.
Finalmente, los poderes fácticos se infiltran, directamente o mediante testaferros en las instituciones del estado (el parlamento, el gobierno, el poder judicial…) o miembros de los poderes del estado son captados por los poderes fácticos y sirven y comparten sus intereses. Hay excepciones, claro, en todas partes hay personas honradas, pero son sustituibles.
Así pues, en la práctica se produce una superposición del estado respecto a la ciudadanía soberana, y otra superposición de los poderes fácticos por encima de los poderes del estado, con lo cual la lógica de la democracia se subvierte.
De ahí, por supuesto, que se rescaten los bancos con dinero público: si es nuestro dinero deberían ser nuestros bancos, que se nacionalicen. De ahí que no se ejerza la justicia redistributiva, que atentaría contra los intereses de los poderes fácticos, ni las democracias occidentales puedan ponerse de acuerdo para acabar con los paraísos fiscales. De ahí que se hayan privatizado tantas empresas públicas y se propongan privatizar más, empresas rentables que contribuían a sanear las arcas del estado, nuestras arcas. De ahí que se atente contra el núcleo duro del estado del bienestar, convirtiendo en la práctica la sanidad, la educación, las jubilaciones… en sectores sujetos a las leyes del mercado. De ahí tanta corrupción y apoltronamiento, de ahí tantas medidas políticas estúpidas que no han servido ni para lavar la cara de quien las ha propuesto y han cubierto el país (este país por lo menos) de infraestructuras absurdas e insostenibles. De ahí los cinco millones de parados, hijos de la desrregulada libertad de empresa.
Difícilmente vamos a poder inquietar a los poderes fácticos: no nos tienen miedo, nuestra movilización para ellos es anecdótica. Pero sí al estado, nuestra lucha debe ser política, transformar la democracia desde la democracia, el estado puede actuar sobre los poderes fácticos, aunque para eso debe regenerarse y atreverse a ello. En el fondo todo está en nuestras manos, aunque parezca mentira, el poder radica en el pueblo. Hace falta creérselo y activarse, que las vanguardias movilicen al resto del pueblo, que se vote con reflexión y con intención, y a continuación que se estreche el marcaje y la exigencia sobre los y las representantes políticos, para que la hermosa frase de José Afonso que encabeza este texto pueda ser verdad.