No sé si vivimos en una crisis económica. Da igual. Si es una crisis no la provocamos nosotros, la inmensa mayoría de los ciudadanos del mundo, sino la desmedida ambición de unos cuantos y la dejadez cómplice de otros tantos. Sin embargo, no sé por que designio astral, somos nosotros quienes la estamos pagando y la seguiremos pagando durante mucho tiempo a costa de nuestro bienestar, de nuestra dignidad, incluso de nuestras vidas. Y por esa razón, por ese gigantesco absurdo, por esa inimaginable injusticia, vivimos inmersos en una depresión social colectiva. No hay vino ni rosas en nuestros días, sino tristeza por lo que estamos viviendo y miedo por lo que ha de venir. ¿O es que alguien puede contemplar sin tristeza como crecen en silencio, casi con vergüenza, las masas de parados, o como los jóvenes parecen condenados a vagar como ánimas en pena en una especie de limbo que les niega la independencia? ¿Es que alguien puede no tener miedo a enfermar o envejecer en medio de recortes sociales? ¿a ser el siguiente en la cola del paro porque antes está la deuda?
Todos, menos los que han decidido meter la cabeza en un agujero y hacer como que no pasa nada (que no son pocos) sabemos perfectamente en qué situación nos encontramos, cómo hemos llegado a ella y lo que podemos esperar que suceda mañana. Es útil repetir una y mil veces la injusticia flagrante de este estado de cosas, aportar datos, escandalizarnos ante cada nuevo desmán, sin duda, pero ya no basta, hay que actuar ¿Cómo?
El sistema capitalista tiene una inmensa capacidad de fagocitación, unas tragaderas enormes, y los ciudadanos somos pacíficos, hasta hoy ejemplarmente pacíficos, y no vamos a emprender una lucha armada. Pero debemos utilizar todos nuestros medios estratégicamente. Sería insensatamente cándido no hacerlo.
Ahora tenemos ante nosotros dos fechas clave muy distintas entre sí y que requieren movimientos estratégicos igualmente distintos. El próximo 15 de octubre debemos ocupar, pacíficamente, reivindicativamente, con alegría y firmeza, las calles de nuestras ciudades. Nadie puede quedarse en casa, nadie es prescindible ni puede delegar su presencia. Debemos demostrarle al sistema, en todo el mundo, que “somos muchos más de los que quieren y dicen”. Los medios de comuicación de masas después dirán lo que quieran ¿Cuál de ellos puede vindicar con razón su independencia? Pero, afortunadamente, tenemos otras formas de comunicarnos, de saber que, en un lado y otro del planeta, nos hemos estado manifestando juntos. Una marea humana exigiendo responsabilidades y que le retornen su dignidad. Si todos nos movemos, por poco que sea, no caerá el sistema, pero el temblor se sentirá en todo el mundo. Aunque todos los que se queden en casa, acurrucados o abstraídos en sus realidades virtuales, contribuirán igualmente a amortiguarlo. En estas situaciones no hay neutralidad posible. La neutralidad está con el sistema y, por ende, con los recortes, con los despidos, con los deshaucios, contra el futuro…
El 20 de noviembre es otra fecha clave, ésta únicamente para España. Se van a celebrar las elecciones generales al parlamento de los diputados y, en este caso, no hay otra posición estratégicamente eficaz que votar, y votar a un partido de izquierdas, preferentementemente al PSOE (ahora me explico) o a algún otro partido, como Izquierda Unida, que tenga posibilidades de obtener representación parlamentaria. ¿Por qué votar al PSOE si el PSOE ha actuado como lacayo de los mandarines del sistema capitalista? Porque si el PSOE ha actuado como lacayo, el PP, al que todas las encuestas dan como claro ganador de las elecciones, probablemente con mayoría absoluta, actuará como leal administrador de los intereses de estos mismos mandarines, intereses que, con harta frecuencia, son sus propios intereses. Al PP no le dolerán prendas para seguir expoliando a la inmensa mayoría de ciudadanos para resarcir a bancos y especuladores de sus desaprensivas y desgraciadas aventuras. Todo el mundo ha visto “Españistán”, tomemos nota. Lo del PSOE, en geneal, es como si los perros guardianes del rebaño se hubieran vuelto locos, o, mejor, se hubieran visto impelidios por una fuerza irrefrenable a atacar a la ovejas, pero no por eso vamos a dejarlas al cuidado de los lobos!
Hay que evitar por todos los medios que el PP gane, o por lo menos que obtenga la mayoría absoluta, de modo que se vea obligado a pactar, a moderar sus ínfulas. Y los medios en este caso se llaman papeleta. Tan irresponsable es quedarse en casa el 15 de octubre como no votar el 20 de noviembre o votar en blanco, o nulo o a algún partido o formación que se sabe que va a ser extraparlamentaria. Porque todos esos votos blancos, nulos… o que se quedan en casa son votos para el PP, son escaños, capacidad de decisión para la derecha pura y dura.
Después del 20 de noviembre, puesto que no vamos a hacer ninguna revolución cruenta, necesitaremos la intermediación de los políticos. Por mucho que nos hayan decepcionado, y ciertamente lo han hecho a conciencia, no es lo mismo presionar sobre la sensibilidad de un gobierno del PSOE que sobre la sensibilidad (¿?) de un gobierno del PP. Después de las elecciones tampoco vendrán en ningún caso días de vino y rosas, deberemos seguir luchando con nuevas estrategias, pero nuestra capacidad de influencia en todo caso será muy reducida frente a los mercados y mayor, en cambio, frente a los políticos. Y, en este sentido, no es lo mismo trabajar con la mala conciencia de los unos que con la indisimulada y verificable insensibilidad de los otros. Por pura estrategia.
Hola Lloreç, profesor, mi primer profesor de Antropología, usted, Bretón y Juanjo Pujadas me dejaron lo mejor de la carrera. Me alegra mucho que publique un blog, lo seguiré. El título para mi tiene un significado especial, siempre me sentí así, un radical libre, y quién me conoce sabe que es cierto, lo que me ocasiona más de un dolor de cabeza en mi querida UdL.
ResponEliminaEvitemos que al menos el PP gane, bella utopía, a por ella, aunque no la toquemos.
Hola Lloreç, enhorabuena por lo que has escrito, yo también me siento asì, y como no podré votar (por causas de ciudadania) por lo menos estaré en la calle el 15 de Octubre. es una temporade dificil para todos y aun creo que algo se pueda hacer, por lo menos empezando por nosotros, difundiendo ideales de cultura y respeto. Lo unico que nos queda. Un saludo y todo mi apoyo! =) Eva (master en gestio del patrimoni cultural) http://www.youtube.com/watch?v=9yJE1iiO0qI
ResponElimina"...no hay neutralidad posible. La neutralidad está con el sistema...".
ResponEliminaSí, en efecto. Antes podía respetar el apoliticismo o presunta neutralidad de algunos amigos o conocidos, ahora no, me parece repulsivo estar con alguien que la situación no le merezca inquietud y comentario, aunque sea este en contra del mío.Yo entiendo que uno no tenga que entrar a todos los trapos, pero hay individuos que no entran a ningún trapo y lo que es más descorazonador, es que precisamente por ello les veo progresar y con éxito profesional, e incluso con aspiraciones a cargos, cuando su única preocupación es añadir renglones a su curriculo.
Sustine Hefalu
De igual forma ya no puedo encajar esa patraña repetida y asumida ya no sé por qué durante tantos años de la NEUTRALIDAD de la Corona, que es el pretexto para librarse de los problemasy estar al margen de ellos.
ResponEliminaNo, yo ya prefiero el estilo USA donde el jefe se pringa y decide si se ataca Irak, Afganistán o lo contrario.
SUSTINE HEFALU
Hola Llorenç, tal y como te dije aquí te dejo mi comentario.
ResponEliminaComparto lo que dices y me gustaría remarcar algún punto.
Seguro que hay individuos que tienen la cabeza metida en un agujero, pero los más peligrosos somos los que en el camino (en nombre de una falsa concordia y disciplinas de partido unos y otros por no perder las prebendas que disfrutan) hemos ido perdiendo el sentido crítico y por lo tanto hemos colaborado en parte en lo que está ocuerriendo. Bienvenida esta ola de inconformidad que ha hecho que algunos despertemos y empecemos a movernos.
Es verdad que el 20-11 tenemos que parar al PP y por lo tanto votar con ese objetivo. Pero las cosas después del 20-11, suponiendo que consigamos frenar el triunfo o reducirlo del PP, no pueden seguir igual, hay que seguir exigiendo a todos los políticos, pero de modo especial a los del PSOE-PSC, una verdadera apertura hacia la sociedad, siendo ellos las herramientas de los ciudadanos para conseeguir y mantener un verdadero estado del bienestar. Es posible mantenerlo, no existe razón económica que justifique su dismminución o desaparición, hay recetas para recaudar, de una manera justa y proporcionar, lo necesario para asegurarlo (ver el artículo de Ramón Cotarelo).
De lo contrario deberemos estar preparados para aumentar la intensidad de nuestras protestas.
Esa obsesión de "...que tenemos que parar al PP.."es lo que ha hecho muy bien el PSOE ,trasmitir a la sociedad un absurdo miedo a una presunta derecha terrorifica y trasnochada que es lo que más reditos le ha dado, vender no sus meritos ni logros sino el miedo al contrario.
ResponEliminaYo no soy votante del PP pero creo que hablar en clave de parar y frenar al PP es olvidar que si llega al poder lo es por el voto. Hablar en terminos de trincheras es algo trasnochado y poco democrático. Seguramente lo más higiénico es la alternancia y solo cambiar las caras de los que gobiernan ya es motivo de esperanza, sea el PP o sea IU.
SUSTINE HEFALU
Sustine Hefalu ó anónimo, creo que entiendes que cuando me refiero a parar al PP lo estoy proponiendo en clave democrática. Y a pesar que a ti no te parezca democrática mi opinión, me reitero (y ahora lo diré más políticamente correcto) en mi deseo del que el PP tenga una derrota, democrática, en las urnas o por lo menos que no alcance la mayoría absoluta. Mi temor se centra en que con la excusa de la situación económica, establezcan un programa ultra liberal y lo poco que hemos alcanzado del estado del bienestar se diluya (ley del aborto, matrimonios Gay, ley de dependencia, Sanidad de calidad universal y gratuita, Educación, etc. Etc. etc.) Y por favor para poder seguir intercambiando opiniones de un modo democrático es necesario no ampararnos tras el anonimato. Me gustaría saber con quién discuto. Un saludo.
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