Hace días que me lo pregunto y pienso que es pertinente trasladar esta reflexión a mi blog y a los muros de facebook. Todo parece demasiado increíble, como la escenificación de una ópera antigua. Todos los técnicos están de acuerdo en el diagnóstico sociolingüístico de Cataluña y el camino que se debe seguir, que se ha venido siguiendo, para conseguir una situación de normalidad en este ámbito que permita garantizar la convivencia, el correcto dominio de ambas lenguas y evitar fracturas sociales que serían dramáticas para la sociedad catalana y para la española.
Intentar aplicar las medidas lingüísticas que propone Wert en el ámbito de la enseñanza sólo conduce a la insumisión y a azuzar el independentismo. La uniformización de los contenidos de las asignaturas de historia supone una total ignorancia de los contenidos que realmente se imparten, una flagrante invasión de competencias de las comunidades autónomas y un disparate, en suma, que, por el propio peso de las razones científicas que rigen la enseñanza de la historia, no se puede aplicar si no es en detrimento de la formación de los estudiantes.
José Ignacio Wert es un personaje de escasa relevancia, un sociólogo conocido especialmente por su dedicación a las encuestas y a los estudios de opinión, empresario en ese campo, sin ninguna contribución científica sobre la educación, la cultura, ni siquiera en el ámbito de la sociología, medianamente relevante… un político de segunda fila, que ha ido derivando desde posiciones más o menos izquierdistas hasta la derecha pura y dura, sin alcanzar hasta ahora ningún cargo destacado… y un tertuliano mediocre. Los “hombres de muchos oficios” en Cataluña tienen muy mala fama, máxime cuando no se trata precismente de un genio renacentista.
¿Por qué pues el PP suelta a esa especie de bestia parda, que se define a sí mismo como “un toro que se crece con el castigo” y más en un momento tan delicado, tanto en sus relaciones con Cataluña, después de la manifestación del 11 S y las elecciones del 25 N, como con la sociedad española en su conjunto, inmersa en una situación de depresión económica y social que se agrava sin cesar?
No creo que realmente las preocupaciones fundamentales del PP sean cómo se enseña la historia o la inmersión lingüística en Cataluña, ni la educación para los valores… ¿Lo comparten? Sin duda, pero un mínimo de inteligencia, que sí es de suponer en las filas del PP, les diría que “ahora no toca”, que lo que ahora toca es suavizar la relación con Cataluña antes de que se les vaya definitivamente de las manos, además de aplicar cuidados paliativos a la sociedad española ¿Que atacar con artillería pesada a Cataluña les puede convenir para ganar respaldo en España? Tal vez, pero que hagan cuentas. En eso sí que el señor Wert les puede echar una mano. España no es un país cerril y dominado por instintos primarios, la sociedad española ha cambiado mucho y la gente que piensa y lee va a advertir fácilmente una maniobra tan zafia como autoritaria.
Por otra parte, como he dicho, esto refuerza el independentismo en Cataluña, donde todo el mundo conoce la realidad porque la vive a diario, y, por tanto, nadie puede llamarse a engaño (excepto quien mantenga oscuros intereses), y fomenta y legitima la insumisión, que sería segura en este campo y se extendería facilmente a otros.
No creo que los estrategas del PP vayan a poner en manos del independentismo catalán armas tan poderosas, más bien pienso que lo que están haciendo es intentar que la reacción de autodefensa de Cataluña se dirija a este frente, que saben perdido de antemano, y, en el fondo, sólo les interesa de una manera secundaria, para que no se centre en las medidas económicas, los recortes brutales que para este próximo año van a añadirse, por imperativo estatal, sobre los que ya estamos sufriendo. Mientras se habla de Wert, no se habla de cómo Montoro ha evitado que las autonomías pudieran gravar a los bancos, o de cómo se mantiene el techo de déficit impuesto, del fenecido pacto fiscal, de cómo el estado rescata las autopistas inviables del centro de España, con el dinero de todos, también de los catalanes, que seguimos pagando hasta por respirar.
Esta es, creó yo, la mano que está jugando el partido popular, también para poder reforzar el papel mediador del Partido Popular Catalán y de su líder, Alicia Sánchez Camacho, que, durante la campaña, se comprometía a hablar con Madrid para conseguir un mejor trato económico para Cataluña y ahora, tal vez pueda presentarse como una catalana de pro, salvadora del regionalismo bien entendido, defensora de la lengua y la enseñanza catalana, sin que Madrid tenga que aflojar un ápice su presión económica sobre el pueblo catalán.
Quizás por eso Wert ríe como un psicópata, porque consigue atraer hacía sí toda la respuesta popular, mientras la dura realidad avanza sin resistencia. Si el Partido Popular es inteligente, y yo creo que lo es, perverso, pero inteligente, usará esta cuestión como un arma para reforzar su imagen dialogante y sensible a la identidad de Cataluña, para reforzar incluso el papel de su delegación catalana, mientras sigue asfixiando al pueblo, catalán y español, sin tregua, hasta nuestro último aliento.
Casi estoy por decir que es una lástima, porque continuar embistiendo con tanta brutalidad como lo hace el ministro Wert contra lo más íntimo y sensible de los catalanes hubiera acabado produciendo una sublevación popular, un proceso de ruptura total sin marcha atrás y hubiéramos podido iniciar por fin nuestro futuro como estado independiente. Pero, vaya, para que eso fuera así, habría que suponer al PP una obcecación desmedida. No creo que sea el caso.
Por tanto, respondamos sí, contundentemente, a la provocaciones de Wert, pero, sobre todo, ¡no descuidemos los otros flancos!
¿Que Wert hace de malo de la película a propósito? ¿Y si la derecha, española o catalana, consigue aplacarlo un poco, se llevará unos puntos que la redimirán? Pués igual sí, sus postulados son demasiado fuertes para los tiempos que corren. Una cosa que me parecía fácil y puede ser mentira. No bajemos la guardia, no sea que fuese verdad. Y sí, lo importante siempre es la economía, que se degrada cada vez más. Creo que nos están ocultando qué pasa realmente en Grecia, nuestro futuro cercano, lo que he leído sobre su desesperada situación no ha sido en la prensa oficial.Ya sabemos que tenemos dos males: nuestra identidad amenazada y la lucha por la supervivencia. ¿Habrá que elegir entre el alma y el cuerpo? Cuesta creer que la independencia nos salvará, pero en algo hay que creer. De momento, me quiero creer esto.Siempre estamos a tiempo de cambiar.
ResponEliminaTengo la impresión de que la única manera que tiene el PP de ganar las próximas elecciones generales (al parlamento español) es trabajarse el tema de la unidad de España. La única manera de luchar por la unidad de España es hacer que el pueblo catalán se cabree para prolongar la polémica en los medios de comunicación.
ResponEliminaCreo, humildemente, que han elegido a Wert como cebo. Es el encargado de crispar a los catalanes. A más catalanes contra los ataques del Estado Español, más votantes a favor del PP. Es una regla de tres.
David Tirado
Efectivamente las afirmaciones de Wert son tan y tan caricaturescas que no parecen realistas. Ya no se encuentra esa mentalidad españolista tan retrógrada en ningún partido medianamente serio. Pero yo soy aún más malpensado, y creo que este enfrentamiento entre el PP y Cataluña no es más que un teatro para aparentar que CiU y PP están en guerra, y ocultar su alianza económica estratégica. Es una simbiosis, CiU se enfrenta al españolismo rancio neofranquista y logra más credibilidad en su recientemente adoptado soberanismo (que muy pocos se han creído), y el PP se enfrenta al independentismo catalán y gana adeptos entre el voto españolista garrulo de la castilla profunda (que debido a su escasa densidad de población, son votos que valen mucho). Y mientras tanto, CiU y el PP pueden proseguir "por lo bajini" sus pactos y alianzas en el ámbito municipal, y quién sabe si incluso en el parlamentario en la legislatura que ahora empieza.
ResponEliminaPues sí, mal pensado eres, pero al final tendremos que ser todos así. Entre CiU i el PP siempre ha existido un cariño que no se puede romper en cuatro días (y su manera de gestionar el dinero no les puede separar facilmente. Y España pide la cabeza de Catalunya, necesita un chivo expiatorio: nos tienen que dar un poco de caña para que todo funcione = para que todo siga igual.
EliminaLos tres planteamientos que hacéis, Carme, David, Enric, me parecen muy acertados, enriquecen la reflexión, pero el de Enric además añade un nuevo (o renovado) motivo de inquietud. Tendremos que estar muy vigilantes!
ResponEliminaCierto, Llorenç, seguramente el increíble extremismo de Wert obedece a una estrategia calculada del PP para que sólo se hable del tema del ataque a la lengua catalana, del hecho de que con la contrarreforma de Wert el catalán dejaría de ser lengua cooficial en el sistema educativo de Catalunya. Algo inconcebible y sin duda gravísimo, pero que al PP le sirve para desviar la atención de otros hechos igualmente graves, como los demás aspectos profundamente reaccionarios de la contrarreforma educativa de Wert: la reducción del período de enseñanza obligatoria, el aumento de las diferencias entre dos redes o sistemas de educación (uno para los ricos y privilegiados, y otro segregado para los pobres), la privatización de la educación pública mediante la introducción de técnicas de gestión de la empresa privada en la dirección y organización de los centros educativos, la mercantilización de la enseñanza, la introducción y el refuerzo de los aspectos más autoritarios, competitivos, pro-capitalistas y religioso-confesionales dentro del currículum académico, el aumento de la subvención pública a los centros religiosos concertados y segregadores por sexos, la insidiosa y repugnante campaña ideológica en contra de la educación pública y del profesorado de los centros públicos, etc., etc. La reforma de Wert nos retrotrae a los tiempos más oscurantistas del franquismo, de Fernando VII y de la España Negra. Es algo tan atroz, tan devastador, tan terrible, que el PP prefiere centrarse en un elemento concreto y darle la mayor publicidad posible para que los otros elementos queden (al menos por el momento) fuera del foco de atención.
ResponEliminaPor último, estoy de acuerdo en que, aunque esta estrategia de ultranacionalismo españolista étnico y cerril busque agitar y encender los ánimos de un sector de nacionalistas españoles que de otro modo se alejarían del PP por sus políticas destructivas, sin embargo el tiro puede salirles por la culata. Porque cada vez más españoles y castellanos estamos hartos de ese ultra-españolismo rancio de charanga y pandereta, de esos tipos que no dejan de darse golpes en el pecho para decir que son más españoles que nadie y que piensan "españolizar" a todo Dios a base de banderitas rojigualdas con la corona o el aguilucho, corridas de toros, procesiones de vírgenes, catequesis en las escuelas, actitudes homófobas, anticatalanismo, xenofobia, desfiles de legionarios y asonadas militares, al mismo tiempo que nos esquilman, nos roban, nos empobrecen y destruyen nuestro futuro y el de nuestros hijos. Como decía el fallecido Pepe Rubianes, que se metan su España donde les quepa.
Celebro mucho tus comentarios Juan Carlos, con gente como tú, seguro que hubiéramos podido construir algo juntos. Mejor dicho: seguro que lo haremos. Mi problema -nuestro problema- no es con España, sino con la España del PP, para entendernos, y todo lo que representa. Espero sinceramente que Cataluña pueda seguir su camino independiente, pero que avancemos fraternalmente de la mano (ese punto de la tríada de la revolución francesa que siempre parece olvidarse).
EliminaMuchas gracias a ti, Llorenç, por tus amables comentarios y de nuevo, una vez más, por poner a nuestra disposición un espacio en el que todos podemos expresarnos con total libertad. A mí me han censurado comentarios en otros blogs (supuestamente de "izquierdas") sólo por comentar que estaba a favor del derecho de autodeterminación de Catalunya. Es un alivio y un signo de esperanza ver que existen personas como tú, de convicciones hondamente democráticas, sinceramente progresistas, humanistas, abiertas al diálogo y completamente alejadas de todo sectarismo y dogmatismo.
ResponEliminaYo también espero -como cualquier persona de buena voluntad- que esa Catalunya independiente logre marcar una vía alternativa a la política suicida de austeridad y recortes que hoy domina en Europa y en España. Una Catalunya que asegure el mantenimiento del Estado del Bienestar, de una democracia más participativa, de la sanidad y la educación públicas, de los derechos sociales, políticos y laborales. Es un gran signo de esperanza para todos que Oriol Junqueras haya arrancado a CiU el compromiso de una fiscalidad progresiva. Un saludo.