Deseo que los mercados den un descanso a esta sociedad exangüe, o mejor que revienten ahítos como sanguijuelas, y la riqueza vuelva a fluir mientras digieren sus pingües beneficios, para que por lo menos podamos trabajar y pagar nuestras hipotecas.
Deseo que se derogue el dogma de que la deuda se paga sin producir nada, sometiendo a la economía a la más severa anorexia, y deseo que los bancos, aliviados como si se hubieran metido un chute de diazepán, vuelvan a abrir el grifo del préstamo, sobre todo a las pymes y los autónomos para que puedan reemprender su actividad antes de que desaparezcan definitivamente todas y se pegue un tiro el último de sus empleados.
Deseo que los políticos de la derecha se ahoguen en sus propios vómitos de mentiras, obscurantismos y persecuciones de la igualdad social y de los derechos individuales. Que sufran en sus carnes los maltratos a las mujeres que ahora quieren diluir, su propia desprotección, y el trato discriminatorio que aplican a gays y lesbianas; que un día se miren al espejo y descubran con terror un imparable impulso interior que les está convertiendo en bolleras y maricones; que necesiten atención a la dependencia y no la puedan conseguir ni pagando porque nadie se la quiera dar; que, tan católicos como son, no usen de sus privilegios y hagan colas como todo el mundo en las puertas de los hospitales, y a pesar de todo vayan al infierno.
Deseo que los políticos de la izquierda, y los sindicalistas, decidan de una puñetera vez qué quieren ser cuando crezcan, que dejen de mirarse sus insípidos ombligos y se organicen todos, sin partidos ni facciones, desde el último mono de un ayuntamiento perdido hasta el mayor de los monos del parlamento, para luchar, a brazo partido y sin reservas mentales de ningún tipo, por la justicia social, por el estado del bienestar, por los derechos y las libertades colectivas e individuales, por los sectores más débiles, amenazados y desfavorecidos de nuestra sociedad. A nuestro lado.
Deseo que cada vez haya más gente que abra los ojos y vea la realidad del redil en que nos han confinado, y que se atreva a dar un paso adelante y grite que no queremos ese sistema que nos va cazando como conejos, que nos ahoga como peces fuera del agua y nos recluye, junto con nuestro propio miedo, en los vagones y los mataderos de nuestra vida cotidiana. Una palabra, un gesto... todo suma y todo empieza por ahí, y por eso debemos celebrarlo cada vez que alguien lo hace, la dice, porque con ello estamos avanzando.
Y deseo que, en cualquier caso, todas las personas que, desde antes o después del 15 M, decidimos alzar nuestras voces, tomar pacíficamente las calles, luchar en defensa propia y comprometernos a no cejar hasta conseguir un mundo mejor, sigamos ahí pase lo que pase, día a día, cada cual con sus armas, con su compromiso, con todas nuestras diferencias, pero con un ideal común de libertad y justicia que nos une por encima de todo. Que no desfallezcamos, que no nos durmamos ni nos impacientemos, que pensemos que todos los caminos son útiles y que la inteligencia y la constancia son nuestras fuerzas más poderosas.
Yo estaré ahí si es preciso hasta el fin de los tiempos y te respetaré y lucharé a tu lado, y si todas y todos hacemos lo mismo, avanzaremos, paso a paso , porque el sólo hecho de saber que existes y piensas, como yo, que hay que cambiar el mundo, hace que, de hecho, éste ya sea un poco mejor.
Comparto tús deseos Llorenç, pero sí no los conseguimos el próximo año, nos los proponemos para el siguiente y así sucesivamente hasta conseguirlo. Si no lo creemos y perseveramos lo tenemos a tocar. ¡Somos muchos! solo falta unirnos en estos objetivos que planteas.
ResponEliminaGracias por tús reflexiones, son muy estimulantes.
M'agrada el que dius i com ho dius, que gosis a dir-ho sense por de ser mirat amb commiseració pels qui creuen que el teu discurs és un ideal ingenu. M'agrada fer-te costat en la lluita per a una societat més justa i estic segura que possible. I encara que soni a proverbi indú, vull seguir creient en aquesta feina amb tota la fe i l'interès possibles, sense buscar-ne els resultats immediats sobre els que no tinc control, i fer-la tan bé com pugui per poder seguir respectant-me a mi mateixa. Bon any, Llorenç!
ResponEliminaMaria
Estimats Pedro i Maria, que aquestes alçades em puguin considerar ingenu em fa il·lusió i compartir desitjos amb vosaltres m'enorgulleix i m'alegra. Qui pot presumir de millor companyia? Petons per tots dos. Llorenç
ResponEliminaEntiendo que el progreso se encuentra en los procesos de pensamiento y de poder. Pensar que tod@s podemos pensar nos hace reflexionar. Si podemos reflexionar, podemos influir, y para influir tenemos que cambiar las cosas. Analizando nuestra realidad para progresar, podemos transformar el conocimiento en pensamiento aplicable, es decir, en una nueva cultura política de redes ciudadanas más justa y solidaria. "Deseos" que comparto contigo para hacer del 2012, un año más humano.
ResponEliminaGràcies per la teva paraula eloqüent i justa!
ResponEliminaGràcies per la lluita, la consciència i la veritat!
Y yo deseo, ahora mismo y sobretodas las cosas, que el tercer párrafo de tus "Deseos razonables para el año que comienza" se cumpla.
ResponElimina¡Disculpas! Lo que he expresado ha sido una reacción impulsiva.
Donde vivo, he visto como la policía solicita documentación a transeuntes de raza no blanca, por el solo hecho de no ser blancos. Me jodió enormemente cuando vi como a un conocido de origen marroquí la policía lo paraba para pedirle la documentación. Es un hombre que conozco hace alrededor de tres años. Un hombre que trabaja y vive en mi localidad, y al que jamás le falta una sonrisa cuando me lo encuentro por la calle. Pero ahí estaba la policía, comprobando si ese hombre tenía derecho, o no, a transitar, con una sonrisa en la boca, por las mismas calles que yo transito.
En mi localidad se vive con total normalidad la presencia de diferentes razas y culturas. Y me imagino que a los habitantes de esta localidad nos preocupa nada si los inmigrantes son "con papeles" o sin ellos.
David