Cuando la dictadura del capitalismo financiero nos oprime, nos despoja de todos nuestros derechos individuales y colectivos, hipoteca el bienestar de nuestros mayores y el futuro de nuestros hijos y nos arrastra a situaciones donde queda mancillada nuestra propia dignidad… nuestra única esperanza es la política.
Vivimos en regimenes democráticos, la soberanía reside en el pueblo y los políticos son nuestros representantes, elegidos mediante nuestros votos para ejercer el poder -el único poder legítimo- en nuestro nombre y al servicio del bienestar colectivo. En sí mismos no son nada, simples depositarios de nuestra voluntad y de nuestras opciones. Personas, se supone, ejemplares, que desempeñan estas funciones por su voluntad de abnegado servicio a la colectividad.
Esto es así de la misma manera que el personal sanitario desempeña sus funciones al servicio de la salud de las personas, los cuerpos de policía lo hacen al servicio de nuestra seguridad o los educadores y educadoras al servicio de nuestra formación, y singularmente la de nuestros hijos.
Sin embargo, con frecuencia olvidamos este carácter de servicio público, especialmente en el caso de la política. Igual que un médico o un profesor -o más porque no ha sido elegido especialmente por sus aptitudes sino por sus propuestas, por su programa-, un político no puede hacer lo que le de la gana, sino que debe atenerse al pacto establecido con el pueblo cuando es elegido.
Tenemos una democracia altamente imperfecta, pero deberíamos poder pasar cuentas con nuestros políticos con una cierta periodicidad, no sólo mediante un voto cada cuatro años para cambiar a unos por otros.
Hace apenas un año, España votó mayoritariamente al PP que se presentaba con la afirmación de que la crisis en España se debía fundamentalmente a la mala gestión de Zapatero y con la promesa de acabar con ella y reactivar la economía, sin más recortes. Su política ha sido exactamente la contraria: nos han hundido más en la crisis, se han puesto abiertamente al servicio del capital y han cruzado todas las líneas rojas de los recortes, sin que en ningún momento les pasara por la cabeza que debían rendir cuentas, que debían preguntar, al menos a quienes les habían votado, si estaban de acuerdo en que utilizaran el poder que habían depositado en sus manos para seguir por este camino.
Lo mismo puede decirse del PSOE ¿Ha validado en algún momento su política de oposición blanda -“responsable” dicen ellos-, al menos con sus votantes? Y otros grupos, como Izquierda Unida -yo les voté- ¿nos han preguntado en alguna ocasión si debían seguir el juego perverso de los gandes partidos o denunciar -dentro y fuera del parlamento- la pantomima y la usurpación de poderes que se estaba llevando a cabo?
Francamente, he echado de menos a políticos de verdad, que rindieran explicaciones permanentes al pueblo, que le consultaran en las grandes decisiones, que denunciaran a gritos el uso autoritario de la legitimitad democrática que estaba haciedo el gobierno, que forzaran situaciones de ruptura. Todos acurrucados como conejos -haciendo reverencias o poniendo mala cara, qué más da-, mientras los amos del mundo nos esclavizaban y nos chupaban la sangre. Y así sigue. Ni siquiera con los trescientos espartanos del paso de las Termópilas hemos podido contar.
¡Que se vayan ya! No por los privilegios y prebendas que puedan tener -ya no viene de aquí-, sino porque no cumplen en absoluto con su papel, porque han pervertido el sentido de la política en democracia, porque se han convertido en unos autistas y, en consecuencia, en unos autócratas.
Ahora -además de en Galicia y el País Vasco- tendremos elecciones en Cataluña, y pasará lo mismo. ¿Será capaz Artur Mas de decir claramente en campaña que no va a luchar por la independencia de Cataluña -no por el “pacto fiscal” ni por las “estructuras de estado”, por la independencia-? Y ¿si gana dejando que los electores piensen que va a defender claramente la independencia y no lo hace, tendrá la mínima decencia democrática de dimitir y convocar nuevas elecciones? ¿El PSC piensa realmente dar algún paso contundente hacia el federalismo que pregona -como por ejemplo hacer que se incluya en el programa del PSOE, o de lo contrario separarse-, o simplemente es un sucio ardid para minimizar la pérdida de votos? ¿ERC -que sí luchará por la independencia- recordará que es ante todo un partido de izquierdas y se presentará con un programa claramente dirigido a recuperar la justicia social y el estado del bienestar? ¿Y, si es así, velará porque esto se cumpla? ¿Qué hará ICV a parte de esconderse? ¿Si hay un clamor que pide independencia y justicia social, por qué no lo recogen los partidos de izquierdas en una amplia plataforma?
No, hasta ahora es cierto que no nos representan, pero esto significa ni más ni menos que no vivimos en democracia. La política y la democracia son la última frontera del pacto social y de la paz. Están jugando con fuego. Si los políticos no cambian radicalmente su proceder, y la crisis, la ofensiva capitalista, sigue depauperando a la población y sumiéndola en todo tipo de agravios y humillaciones, ya sólo queda la legítima rebelión del pueblo.
Estamos menos lejos de lo que muchos piensan de las revoluciones de la primavera árabe. Y, como me recordaba ayer una amiga, ninguna revolución es pacífica.
Hola,
ResponEliminaVivo en Francia. Vengo de descubrir tu blog. Jamas he hecho politica, jamas en la familia han hablado politica, ni espanol. Lo que se lo apprendi en la escuela y de vacaciones, Escribo como puedo con un clavel frances. Hace muy poco tiempo, me desperte de este gran sueno. Me desperte con la ley de la memoria, con la primera recreacion de la batalla del Ebro en Fayon(Zaragoza)con un tratamiento discriminatorio de una funcionaria espanola... Fue la mirada de esta mujer diciendome : "tu vives en Francia ?" que me traumatiso. Me le ha dicho con un desprecio en la voz, como si era escrito en mi frente : "rojo". Me quede sin palabras. Me senti muy mal. Jamas de ma vida alguien me habia hablado asi. En Francia es otra mentalitad, no soy acostumbrada a lo que me hablan asi, que me tratan asi, porque lo que le he pedido a esta mujer hace 4 anos que lo estoy esperando, tuvo que hacerlo con el consulado, pero es otra cosa. Tengo 4 abuelos republicanos exiliados, y jamas alguien me ha hablado de politica. No tengo conciencia politica espanola, no me habia dado cuenta de nada antes, antes iba de vacaciones y no se ve nada porque es diferente cuando vives en espana y cuando solo vas de vacaciones. Tengo 53 anos ahora y es demasiado tarde para comprender la politica espanola, me parece complicado, muy complicado pero comprendo muy bien que esto no es una republica y tempoco una democracia. Cuando veo las videos de Madrid, la gente que se hace violentar por la policia, esto lo comprendo muy bien. Esto es un comportamento de dictatura y no de democracia. Me duele mucho para vosotros.
De todas formas aqui tanbien a Francia empezamos ha tener "hambre", la crisis es tal como a espana pero no lo hacen ver. Si no vamos en el net no sabemos lo que pasa en Espana, no lo dicen en las informaciones francesa, y supongo que es igual para vosotros, no sabeis lo que pasa aqui.
Ahora quieren controlar el net. Un dia tendremos que hacer como los indios, con signales de humo para comunicar...
He puesto tu blog en mi facebook para que mis contactos espanoles lo conocen. Buena continuacion y que se acaba Europa, que es una dictatura que se pone en plaza de fuerza. Ana Mari.
Gracias Ana Mari, te expresas muy bien, no te preocupes. El problema específico de España es que no hubo una ruptura democrática después del régimen fascista de Franco. Franco tuvo la habilidad de no participar en la Segunda Guerra Mundial, pero era lo mismo que Hitler o Mussolini. Franco se perpetuó hasta la muerte y durante ese tiempo, las potencias capitalistas occidentales aceptaron su dictadura por intereses básicamente económicos y geopolíticos (la guerra fría, su enemigo era el comunismo, ya no el fascismo). Así, cuando Franco murió, tuvimos que aceptar una "transición" a la democracia "formal" pero con todas las fuerzas franquistas intactas. Eso explica muchas cosas de la "singularidad española" (como la monarquía dictada por Franco, por ejemplo). España era una república (y bastante avanzada)! En cuanto a Europa, yo creo que, en general, está vendida a los intereses del capital. Se nota más o menos según la fuerza económica de los países, pero la calidad democrática está muy baja, creo yo.
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